domingo, 31 de enero de 2010

Cuando la censura le corto las alas a Una mariposa en la noche

Este es un extracto del artículo escrito por Diego Curubeto, autor del documental "Carne sobre Carne" en el que ilustra el accionar de los censores en tiempos de la Triple A y de la dictadura argentina sobre la obra cinematográfica de Armando Bo.


(...) Durante aún más tiempo aseguró que había una escena perdida muy importante de Una mariposa en la noche. Lo decía como algo muy importante. Tal como yo había comprobado en la retrospectiva de la Sala Lugones, la gente parecía no divertirse con esa película sino más bien estar burlándose de ella. Especialmente por una escena en la que Isabel toma un tren en una típica estación del campo argentino, corte, y aparece en París. Isabel insistía en que eso era muy injusto dado que la censura había cortado mucho metraje que había en el medio.
Pero pasaba el tiempo, y no había ninguna evidencia al respecto.
Un día escuché que alguien –un espectador que se burlaba del film desde su estreno– volvía a reírse del viaje en tren de las pampas a París. Ahí me di cuenta de lo terrible del asunto de la censura: primero viene el facho (censor, militar, fiscal o lo que sea) y corta una película como se le canta... Luego se la exhibe cortada, y entonces los snobs progres supercool se burlan de lo que la censura les deja ver.
La insistencia de Isabel nos hizo insistir sobre Una mariposa... Finalmente Fernando Martín Peña apareció con un material muy malogrado, una especie de fiesta con drag queens a ritmo de rock pesado setentista. El asunto es que Isabel se tomaba un tren en las pampas para volver a la casa de su marido, y cuando llegaba lo encontraba con vestido de novia, a punto de casarse con un señor llamado Porocho en medio de una horda de travestis frenéticos (luego Víctor Bo nos contó que las drag queens eran rugbiers amigos suyos). Desencantada, recién ahí se iba a París... pero eran los tiempos de la Triple A (que amenazó de muerte a Isabel y Armando) y la escena se esfumó... hasta ahora.
¡No sólo no iba en tren a París sino que protagonizaba una de las escenas más audaces de la historia del cine argentino!

Nota completa en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5875-2010-01-31.html

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